El pobre Copito
Nuestro espantapájaros, desde que nació fue débil y creemos que definitivamente ha sucumbido por causa de las inclemencias del tiempo y a pesar de todos los esfuerzos llevados a cabo para animarlo y mantenerlo en pie.
Los niños son sensibles a su lamentable estado y, a la hora del recreo, tratan vanamente de ayudarlo, vamos a hacer un último intento, buscaremos paja para engordarlo y hacerlo más fuerte a ver si conseguimos que vuelva a estar bien y pueda cumplir con su importante labor.
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